En Corbières, el terroir es tan áspero como las colinas son redondas, expuestas a los vientos y a un clima árido. En el corazón del cru Boutenac, el terroir de Villemajou se distingue por un suelo de guijarros, bloques de caliza llevados y pulidos por los cursos de aguas glaciares desde los Pirineos, sobre un sustrato de arcilla y arenisca. Este suelo único y homogéneo acoge viñas centenarias de Carignan, variedad emblemática del cru Boutenac. La conducción en vaso les permite alcanzar esta edad respetable, hundir profundamente sus raíces en busca de agua y fuerza frente al viento. Entonces producen uvas de una concentración y un equilibrio inigualables. En Villemajou, como en ningún otro lugar, los ensamblajes mediterráneos dan toda su medida de generosidad y elegancia, tanto en rojo como en blanco. En rojo, el Carignan se destaca por la armonía que es su firma, entre la suavidad de los taninos, la frescura de la textura en boca y la potencia de la materia concentrada de los jugos de viejas viñas. A su lado, las viejas viñas de Grenache, la Syrah y más recientemente el Mourvèdre, refuerzan la complejidad del ensamblaje, clave de bóveda del Gran Vino y de su carácter único. Cada variedad y cada parcela se vinifican por separado y luego se ensamblan en enero. El vino se cría en barricas de roble francés durante doce meses y después de la embotellado, permanece varios meses en reposo en nuestras bodegas antes de ser compartido con nuestros clientes.