Gérard Bertrand aprende el trabajo de la viña junto a su padre, en el Château de Villemajou en el terroir histórico de los Corbières. Desde la edad de 10 años, su padre Georges Bertrand le transmite su visión: su gusto por el trabajo de precisión y el orgullo de sus orígenes. La exigencia está en marcha, no lo abandonará más.

Dos generaciones preceden a Gérard Bertrand..Y una cuarta ha llegado.

Amante de su terroir, Gérard Bertrand alimenta y perpetúa esta pasión y prolonga la visión de su padre.
Orgulloso de su región, quiere revelar su altísimo potencial y cultivar su saber hacer único. Su raro talento de ensamblador se comparte con su equipo y se transmite a su esposa Ingrid, y a sus dos hijos, Emma y Mathias.